Hoy, en este tercer año de nuestra segunda década, este pueblo andaluz y granadino hasta sus ejes, se convierte cada año -por unos días- en la auténtica Jerusalén del pasado.
MARÍA Y LAS SANTAS MUJERES EN EL GÓLGOTA CUEVEÑO
¡QUE SEA CRUCIFICADO, QUE SEA CRUCIFICADO...!
JUICIO DE PILATO EN EL PRETORIO
LA FLAGELACIÓN
Casi todo se inicia en la terraza del templo parroquial, lugar donde se celebra el juicio de Jesús ante Pilato y se le condena a morir en la cruz. Sirve como Pretorio mientras el pueblo judío, situado en la placeta de la Iglesia , metido de lleno en su papel, vocifera y exige al gobernador de Roma la condena del Nazareno en la cruz.
La subida al Gólgota es sin duda una verdadera Vía Dolorosa con Las Tres Caídas. Se lleva a cabo por una de las calles más emblemáticas de la localidad, La Cañá de San Isidro.
La escena brillantísima de una mujer, con unos niños, que se acerca, valiente y espontáneamente, a Jesús para darle de beber agua, en la Primera Caída , aliviando por unos instantes al Nazareno, desborda las lágrimas de los ojos del espectador mientras los soldados -a latigazos- levantan al Cristo del suelo.
En la Tercera Caída , una mujer -con un niño ciego- se acerca a Jesús pidiendo, desesperadamente, que cure a su hijo. Los gritos del crío diciendo: ¡Madre, ya veo. Madre ya veo! Se entremezclan con las notas musicales de El Ave fortísima de la opera Carmina Burana, creando un ambiente que emociona a ateos y creyentes, mientras los espectadores ven en su entorno la ambientación de varios oficios recuperados: La Trilla , La Construcción de Adobe, el Pastor con sus ovejas…
La escena de María subiendo por la loma, casi arrastrándose, acompañada armoniósamente por la potente voz de Alfredo Kraus cantando la Romanza de la Dolorosa , desmonta a un público dispuesto a seguir sufriendo aún más, con pasión, al ver llegar a la Madre del Nazareno al pie de la cruz, con los brazos en alto, intentando acariciar, inútilmente, los pies de su Hijo, sin conseguirlo, y cayendo desmayada, poco después, a su lado.
El descendimiento y el entierro del Cristo, con el Requiem de Brahms de melodía de fondo, hacen, una vez más, que los miles de espectadores disfruten, con morbo incluido, de toda una variedad de sentimientos profundos y sinceros que manan, a raudales, por todos los rincones del Gólgota, hasta llegar a los corazones de todos, como un manantial de agua limpia, fresca y cristalina con la indescriptible escena de La Virgen de las Angustias, María con su Hijo muerto entre los brazos y la maravillosa escenografía creada en su entorno con Las Santas Mujeres, hará inolvidable este momento tan espectacular, donde incluso, la brisa de la tarde toma partido en la escenificación, moviendo con elegancia descarada el vestuario de los actores y actrices.
La tarde se cierra, finalmente, con la Resurrección -milagro incluido- que deja atónitos a cueveños y visitantes al contemplar al Cristo resucitado y victorioso encima del calvario después de haberlo visto enterrado, pocos segundos, antes en otro lugar, con la espectacular escena de El Espíritu Santo. (De las manos del Nazareno sale una pequeña paloma blanquísima, que inmortaliza la escena y hace a nuestros visitantes -por unos instantes- elevar la vista al cielo).
Y la “Apoteosis Final” con más de seiscientos cueveños saludando, emocionados, desde la cueva de Parejo, ponen el broche final a la SEMANA SANTA VIVIENTE con el DRAMA DE PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN de Cuevas del Campo.
En resumen, “…un precioso espectáculo religioso–teatral con una escenografía espléndida y riquísima, enriquecida notablemente con un vestuario bellísimo, una banda sonora impresionante y unos escenarios naturales de increíble belleza, que deslumbran no sólo a los cueveños, sino también a esos miles de espectadores, que en cada nueva edición, visitan Cuevas del Campo” (MUNDO TEATRE)
PRIMERA CAÍDA
SEGUNDA CAÍDA, LA VERÓNICA
TERCERA CAÍDA
JOSÉ DE ARIMATEA SOLICITA EL CUERPO DE JESÚS
LA RESURRECCIÓN
FOTOGRAFÍAS:
Víctor A. Martínez de la Torre